El 04 de octubre de cada año se celebra la solemnidad de nuestro santo patrono San Francisco de Asís, como sabemos, el Colegio Santa Ángela es regentado por la Congregación de hermanas franciscanas de la Purísima Concepción de María.
Este año de forma singular celebraremos internamente esta festividad religiosa; el día lunes, la imagen de san Francisco de Asís hará su ingreso al patio de honor, donde será recibido por las autoridades, los alumnos y la banda de nuestro centro educativo.
El día martes será la misa y procesión interna de la imagen de San Francisco de Asís en las instalaciones de nuestro colegio, ante la presencia de toda la comunidad santa angelina.
A continuación una sinópsis de la vida de nuestro santo patrono.
San Francisco de Asís |
VIDA DE SAN FRANISCO DE ASÍS
San Francisco nació en Asís hacia el fin del año 1181 o comienzo del 1182.
El joven comerciante se manifiesta hábil y afortunado, pero al mismo tiempo sigue los impulsos de su temperamento ávido de gloria y de placer. No había cumplido aún los veinte años, cuando estalló la guerra entre Perusa y Asís, lucha en que al punto se alistó, siendo hecho prisionero (1202). Recobrada la libertad a fines de 1203, volvió a su vida habitual.
Una visión le orienta hacia otro destino, y bruscamente vuelve a su ciudad natal.
En 1206 se entrega totalmente al servicio de Dios y renuncia a la herencia paterna para llevar durante dos años una vida eremítica, dedicado a reparar las iglesias de San Damián, San Pedro y Santa María de los Ángeles, capillita esta última donde, a fines del 1208 o comienzos del 1209, comprende plenamente su vocación. Por este título la humilde capilla ha merecido ser considerada como cuna de la Orden de Frailes Menores.
Sin modificación alguna sustancial, y por el mero hecho de la aprobación, la Fraternidad de Penitentes de Asís se transformaba en una Orden Religiosa. La Orden de Frailes Menores estaba ya fundada (1210).
Después de recibir la bendición del Pontífice, Francisco y sus compañeros visitaron el sepulcro de los Apóstoles. El Cardenal Juan de San Pablo confirió a todos la tonsura, agregándolos con ello a la jerarquía eclesiástica, después de lo cual los Penitentes de Asís abandonaron la ciudad eterna.
Italia fue el primer teatro del celo de San Francisco; Italia y especialmente Umbría, teniendo como centro a Rivo Torto, que bien pronto abandonaron para instalarse en Santa María de los Ángeles. Esta capilla, llamada también la Porciúncula, les fue concedida a perpetuidad, mediante un censo módico, por el Abad del Monte Subasio (Observancia de Cluny).
Durante el Capítulo de Pentecostés de 1224, último a que acudió Francisco, se entregó la nueva Regla a los Ministros. De él partió también Fray Agnelo de Pisa, hasta entonces Custodio de París, con otros tres clérigos y cinco legos de Francia, para la misión de Inglaterra, que en este Capítulo se resolvió emprender. El 11 de septiembre de 1224 desembarcaron en Dóver. Días más tarde, el 17 de septiembre, recibía Francisco en el Alvernia el incomparable beneficio de las Llagas. Este monte, que había sido al mismo tiempo su Tabor y su Calvario, recibía su último adiós el día siguiente a la fiesta de San Miguel (30 de septiembre). Cuando volvió a la Porciúncula, hubo algunos frailes que, a pesar de todos sus esfuerzos por ocultarlas, pudieron ver o tocar sus santas Llagas.
La muerte se aproximaba ya a grandes pasos. A la hinchazón que se había producido en Cortona, sucedió una delgadez extremada, y la ceguera llegó a ser casi completa. Reunió entonces Francisco en torno suyo a todos sus Hermanos, los bendijo, comenzando por el Ministro General, y hablóles con ternura y fervor de aquel humilde santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, donde se había desposado con la Pobreza, de aquella cuna de la Orden que fue testigo de la vida evangélica de sus primeros discípulos, y que también quería fuese testigo de su muerte.
En este su querido santuario de la Porciúncula es donde Francisco esperó la llegada de la muerte. Consoló una vez más a Clara y sus monjas, recibió la visita de Jacoba de Settesoli, y bendijo de manera especial al primogénito de la Orden, Bernardo de Quintavalle.
En este su querido santuario de la Porciúncula es donde Francisco esperó la llegada de la muerte. Consoló una vez más a Clara y sus monjas, recibió la visita de Jacoba de Settesoli, y bendijo de manera especial al primogénito de la Orden, Bernardo de Quintavalle.
Fiel hasta la muerte a su Dama la Pobreza, se hizo despojar de sus vestidos y extender desnudo sobre la tierra. Vestido luego de un hábito hecho con la tela traída por la hermana "Fray Jacoba", dio sus últimos consejos, y acordándose de la Última Cena del Señor, a imitación de Jesús, bendijo un pan y lo repartió entre sus discípulos. Pasó aún algunos días en la intimidad con sus compañeros, cantando con ellos el Cántico al Sol, al que añadió una estrofa en honor de "Nuestra Hermana la Muerte".
Por fin, al atardecer del sábado 3 de octubre de 1226, sintió los primeros abrazos de la muerte, y después de entonar el Salmo Voce mea ad Dominum clamavi se hizo colocar nuevamente en el desnudo suelo delante de todos los frailes reunidos, y mientras a petición suya se leía el Capítulo 13 del Evangelio de San Juan: Antes de la fiesta de la Pascua, el fiel amante de la Pobreza entregó su alma a Dios.
Tenía entonces Francisco 45 años y, desde el día en que, consagrándose perfectamente a Cristo, se había obligado deliberadamente a seguir las huellas de los Apóstoles para restaurar en la sociedad cristiana la vida evangélica, habían transcurrido veinte años.
El Papa, obligado a abandonar Roma a consecuencia de una sedición, había venido a Asís, acompañado del Sacro Colegio, y después de examinar los milagros atribuidos a Francisco, procedió a la canonización del que había sido su amigo, teniendo lugar la ceremonia el 16 de julio de 1228. Al día siguiente el Pontífice puso personalmente la primera piedra de la nueva iglesia, y la Colina del infierno tomó desde entonces el nombre de Colina del Paraíso. Empero, esta glorificación no parecía suficiente a Gregorio IX, y por la Bula Mira circa Nos de 19 de julio, publicó la canonización de San Francisco, y ordenó a todas las diócesis celebrar su fiesta el 4 de octubre, orden que se reiteró más adelante, en una y otra Iglesia .
http//www.fratefrancesco.org/01.htm