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Rabu, 20 April 2011

El Triduo Pascual

    Jueves, Viernes y Sábado. Este es el tiempo más importante de la Iglesia en todo el año.
Durante muchos siglos ha sido tradicional la representación de la Pasión y Resurrección del Señor, comenzando por la procesión de los ramos el domingo y teniendo un punto álgido en la crucifixión del Viernes Santo. Estas dramatizaciones han calado hondamente en el corazón de los católicos durante mucho tiempo, y se han ido complementando con otros actos piadosos como las visitas a los “monumentos”, escuchar el sermón “De las 7 palabras”, Vía Crucis, procesiones, hora santa, entre otros.




JUEVES SANTO
AMENSE COMO YO LOS AMO
Esto es lo que les mando: que se amen unos a otros como yo los he amado. El Jueves Santo marca la etapa final de la Cuaresma. Con la Misa de la Cena de Jesús, entramos en el Triduo Santo de su Pascua.
Llenos de fervor y de calor divino realizamos los mismos gestos del Maestro y escuchamos la lección final de su magisterio. ¡Bendito sea Dios que nos permite vivir este momento tan impregnado de memoria pascual!
1. Amense unos a otros              
En la última cena, Jesús lava los pies a sus discípulos y les dice con un cariño muy especial: "Amense unos a otros como yo los amo. Sean uno como el Padre y  yo somos uno. Así el mundo creerá que el Padre me ha enviado ". Es su Palabra. Es su voluntad. Es su sueño. Amor de misericordia, de servicio, de solidaridad y de unión, porque "todo reino dividido por sí mismo se derrumba ". Desde lavar los pies hasta comer su cuerpo, cada gesto y cada palabra tienen peso de compromiso. En la Cena Pascual de Jesús toda palabra es verdaderamente un evangelio de vida. Entrar en la Cena es vivir la dimensión pascual más profunda de la salvación.
2. Tomen: coman y beban
Igualmente hacemos memoria de aquel que dijo: "Esto es mi cuerpo que se entrega por ustedes ". Este es el gran signo y gesto de la alianza definitiva del  Padre con el mundo: El pan consagrado y comido; el vino consagrado y bebido. Es el sello definitivo de la fidelidad de Dios y de su amor infinito. Tanto nos ama el Padre que envía a su Hijo para que nadie se pierda y tanto nos ama Jesús, que llega hasta al extremo de hacerse banquete sacrificado y expuesto sobre la mesa para ser comulgado, y así ser uno entre nosotros y formar su nueva humanidad. "Los que comemos un mismo pan, formamos un mismo cuerpo". ¿ Te das cuenta lo que significa y exige comulgar el Cuerpo de Cristo? Comulgar a Cristo es recibir en comunión el cuerpo total de Cristo; no sólo la cabeza, sino la cabeza y los miembros.
3. Hagan esto en memoria mía
Y para que se haga memoria de este momento y de este signo hasta el final de los tiempos, consagra a los suyos para este ministerio. Unción y mandato: "Háganlo. Celebren esta Pascua y yo estaré con ustedes hasta el final de los tiempos ". Esta  cena, desde ahora, se convierte en escuela de servicio, en mesa del Señor; en banquete que anuncia el reino futuro. A partir de esta palabra, la Iglesia celebra este banquete de presencia, de amor, de fe y de comunión. Y el pueblo vive el compromiso de ser lo que celebra: mesa de fraternidad, vino de amor y pan de solidaridad con los necesitados.
Para seguir meditando:
¿Qué implica para ti celebrar el Jueves Santo?
¿Qué gestos de la última Cena de Jesús iluminan más profundamente tu vida?

Jueves Santo

La Última Cena
 VIERNES SANTO
ANTE EL ÁRBOL DE LA CRUZ
La Pasión de Cristo esté siempre grabada en nuestros corazones y derrame sobre nosotros su salvación. Morir en la cruz, fue el punto final de un Hombre que pasó la vida haciendo el bien. La acción litúrgica de hoy se centra exclusivamente en la Pasión y Muerte de Jesús. La fe y la devoción nos congregan para esta celebración, cuyos pasos fundamentales son: La Palabra, la oración de los fieles, la adoración de la cruz y la comunión. Subir al Calvario es sentir los brazos abiertos de Cristo reconciliando al mundo con el Padre.
1. La Palabra de Dios
Isaías escribe proféticamente un poema sobre la pasión de Jesús.El dolor del Siervo de Yahvé es un misterio que sobrecoge. él carga nuestros pecados y su abatimiento es causa de nuestra salvación. San Juan en su relato de la Pasión del Señor reafirma la visión profética de Isaías. Jesús muere en la cruz, destrozado, pero al mismo tiempo como el que es: Rey de verdad, de justicia y de amor. Cuando Jesús exhala su espíritu, la tierra siente que le alcanza su redención. "Cuando entregue su vida como expiación, verá !fu descendencia, prolongará sus años ". Por la muerte de Cristo oramos al Dios de la vida por todas las necesidades del mundo.
2. La cruz centro del amor de Dios
"Victoria tú reinarás; oh cruz, tú nos salvarás.". Tras la proclamación de la palabra adoramos la cruz. Cruz de muerte y de vida, cruz de maldiciones y de bendiciones sin fin, cruz de dolor y de esperanza, cruz velada y exaltada sobre el pueblo como signo de victoria definitiva de Dios. Ante esta cruz nos postramos con fe y con humildad. Por esta cruz resucitamos porque en ella ha sido crucificada y enterrada nuestra muerte. En fin, ella da vuelta a la página del pecado del hombre y revela el rostro de la vida y del amor de Dios. Y cantamos: "El Verbo en ti clavado, muriendo nos redimió; de ti, madero santo, nos viene la redención ".
3. La comunión del cuerpo de Cristo
Jesús ha muerto. No hay celebración de Eucaristía. Es la hora del duelo, de llorar con la Madre Dolorosa. El pueblo se acerca a comulgar del pan consagrado en la misa del Jueves Santo: misa de la Cena del Seño!: Comunión que, en definitiva, nos une a la muerte de Cristo y nos sumerge en su amor redentor: El pan que compartimos es la muerte del Señor entregado por nosotros. Pan de sacrificio y de redención. Pan ácimo de Pascua y signo del Cordero inmolado de Dios. Y ya desde ahora comenzamos a vivir la resurrección. El Señor por su santa cruz, nos abre el camino de la salvación.
Para Meditar:
¿Qué sentido tiene en tu vida la muerte de Cristo?
¿La cruz es objeto de moda en tu pecho o camino de identificación con Jesús?
¿Qué fuerza de salvación sientes en tu vida cuando comulgas el cuerpo del Señor?
Viernes Santo
 SABADO SANTO Y DOMINGO DE RESURRECCIÓN
 VIGILIA DE ASOMBRO
Que tu santa luz gloriosa ilumine al pueblo redimido con tu Pascua y lo introduzca en la fiesta de tu resurrección. Todo el día del sábado ha sido un camino de silencio, recorrido en fe y en expectación. Los apóstoles, en su sábado primero, vivieron la decepción, la tristeza y el desaliento. Nosotros, iluminados por la resurrección ya creída, lo hemos pasado en recogimiento sagrado, en vela diurna. Sin celebración externa. Por eso¡ éste es el momento del gozo efusivo, es la hora esperada de la Vigilia Pascual, madre de todas las vigilias: Es el momento de la luz, del pregón, de la memoria de la historia de la salvación, del anuncio de la resurrección y de la renovación de las promesas del bautismo.
1. La hora de la luz y del pregón Pascual
Al comenzar la vigilia con la fiesta del fuego, tan simbólico y significativo, algo nuevo ha acontecido en medio del pueblo. La llama ha surgido en la oscuridad. Al prenderse el cirio Pascual del fuego nuevo, se ha intuido el esplendor de la Pascua de Cristo resucitado. Cristo es la Luz. De él se enciende toda luz y por él se ilumina el templo vivo de la Iglesia, convocada para el pregón pascual. Por eso cantamos con todo el fervor de nuestras voces: ¡Oh noche realmente dichosa, que cambia la tiniebla en claridad y la muerte en vida! Es noche de Pascua. Noche de liberación.
2. La Palabra y el anuncio de la Resurrección
Terminado el pregón de las fiestas pascuales, escuchamos la palabra que hace memoria de las manifestaciones de Dios en la historia de Israel, desde la creación hasta el momento de la gran manifestación: "Ha resucitado ". Es un camino largo de contemplación que culmina con el canto del/Aleluya! " ¡Cristo ha resucitado! Es el Señor, él es la verdadera liberación de la historia de todos los pueblos. él es nuestra salvación. Ahora ya exultamos al proclamar: "éste es el día en que actuó el Señor sea nuestra alegría y nuestro gozo ". ¡Gloria al Señor!
3. Eucaristía bautismal
Iluminados por la Palabra, entramos hacia el corazón de la Eucaristía. Vivimos la experiencia bautismal, bajo la mirada de todos los santos. Renovamos nuestra fe y sentimos que Cristo es nuestra vida. Rociados por su amo1; compartimos el pan de la pascua en comunión de vida fraterna. El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres ". él ha enjugado nuestras lágrimas y nos ha inundado de alegría el corazón. Desde ahora, celebrar la Pascua es vivir recién nacidos por el agua y el Espíritu. Que esta noche, sea de verdad la nueva creación del mundo en la Pascua de la resurrección de Cristo.
Para seguir meditando:
¿Qué implica la Pascua como vivencia de tu bautismo?
¿Cómo vivir realmente la vida de resucitado en el Señor?
Sábado Santo

Domingo de Resurrección




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